lunes, 28 de diciembre de 2009

Todos los post el post...

El regreso de unas pequeñas vacaciones, la compra a última hora de la edición dominical de Página/12 y de vuelta al horror. (Todos los horrores, parece, son el mismo horror.)
La historia pertenece a Yitzhak Ganon, de 85 años, que vive en Petach Tikva, cerca de Tel Aviv. Evitó a los doctores toda su vida.
Como lo refiere el suplemento RADAR del matutino porteño "Hace poco [...] Yitzhak Ganon volvió a casa y se sintió mal, tan mal que no pudo resistirse a que lo llevaran al hospital. Al llegar tuvo un ataque cardíaco y los doctores tuvieron que operarlo. Pensaron que no sobreviviría la operación, porque descubrieron que tenía un solo riñón." Cuando despertó, luego de los efectos de la anestesia, contó la historia de por qué evitó a los doctores toda su vida y, lo más importante, a dónde fue a parar su riñón perdido:
“Soy de Arta, una ciudad al norte de Grecia. Un sábado, el 25 de marzo de 1944, apenas habíamos prendido las velas del Sabbath en casa cuando un oficial de las SS y un policía griego entraron y nos dijeron que nos preparáramos para un largo viaje”, relata el sobreviviente, levantando la manga de la camisa para mostrar un número tatuado con tinta azul en su antebrazo izquierdo. El padre de Yitzhak murió en el viaje a Auschwitz. Su madre y sus cinco hermanos fueron a las cámaras de gas. A él le tocó un destino terrible: fue a parar al hospital de Auschwitz-Birkenau, donde el ángel de la muerte, el doctor Mengele, realizaba experimentos inenarrables con los prisioneros.
"A Yitzhak lo ataron a una mesa de operaciones y ahí nomás, sin anestesia ni nada, Mengele lo abrió y le sacó un riñón. 'Lo vi palpitando en su mano y grité como un loco, supliqué que me mataran, para no sufrir más'."
Luego de más experimentos, cuando no tenían nada más que hacer con él, lo enviaron a la cámara de gas y se salvó por la burocracia nazi: entraban como máximo doscientos prisioneros, él era el número doscientos uno.
Yitzhak volvió a Grecia tras la liberación de Auschwitz, se reencontró con dos hermanos que sobrevivieron, emigró a Israel en 1949. Se casó y juró nunca más ir al médico.
Ahora, tras un segundo ataque al corazón que concluyó con la implantación de un marcapasos, reconoce que los médicos le salvaron la vida. Una vez más, Yitzhak Ganon escapó a la muerte.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

No culpes a la lluvia

Waldemar, a sus treinta y cinco años, no recordaba cuándo había sido la ultima vez que había llorado. No había caso. En rigor, guardaba la imagen (propia) de un falso llanto el día que cumplió los veinticinco, cuando de sus ojos unos granos de arroz imitaron el descenso de las lágrimas por sus mejillas. (Fueron 14 granos en total, marca Gallo Oro.)
Lamentaba, además, que los veranos en su provincia fueran tan secos. La lluvia, al igual que sus lágrimas, era inexistente.
Sin embargo, una mañana de enero las nubes amenazaron con dejar caer un chaparrón, según informaban las veinte repetidoras de una única radio. Waldemar esperó el milagro, casi frunciendo el ceño, sin dejar de mirar el cielo. A los pocos minutos comprendió la inutilidad de su ilusión. Ese día cayó una lluvia absurda: de papel picado.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Resumen Semanal

La falsa cortesía del empleado de comercio, que saluda amistosamente en el mostrador, pero cuando lo cruzamos en la calle nos ignora por completo.
La soledad del taxista a medianoche, a bordo de un vehículo sin pasajeros, en una calma quieta frente al semáforo.
El haber mudado de domicilio hace tres meses, y conocer (haber visto) solo una vez el rostro de dos de los seis vecinos de piso.
El sueño y sus embates, cuando era necesario, ineludible, permanecer despierto.
Un memorable diálogo entre Víctor y René, mucho tiempo después de haber visto por primera vez El perfume de Yvonne (de Patrice Leconte, 1994), cuando aquél le consulta a ese viejo homosexual si ha recibido noticias de ella:
—Le dije que no la perdiera de vista —le recuerda René.
—Nunca le quité un ojo de encima —contesta Víctor.
—Entonces tal vez la miró demasiado.

...to be continue...

lunes, 30 de noviembre de 2009

Como oído al pasar

—Señor, ¿me diría qué hora es?

—Cómo no: hora de conocernos.



domingo, 22 de noviembre de 2009

Relecturas

El sujeto relee un viejo artículo de Courtis y Abramovich. Mientras lo hace escucha online accuradio.com, el canal de jazz dedicado a las versiones de los Beatles. De pronto el audio se torna elevado con el golpe de trompetas en Help! Se para, deja el artículo, y se aproxima a la notebook con la intención de bajar el volumen y mejorar su concentración. Mecánicamente abre e inicia sesión en Messenger. Aparece su hermano, que le comenta la conclusión de algo que habían hablado esa tarde. El diálogo (¿diálogo?) dura aproximadamente 10 minutos. Casi al final, el sujeto le dice a su hermano que hasta hace unos instantes estaba leyendo nuevamente a Courtis y Abramovich, que se acercó a la notebook solo para bajar el volumen, y que esa conversación por chat le hace recordar un post ocurrente sobre el tema, en el que se habla de la falta de concentración a la que nos somete internet diariamente. Cree que era el blog de Leila Macor. Le sugiere su lectura. Para ubicarlo dedica otros 5 minutos en la red de redes. Le pasa, vía Messenger, el link en cuestión. Su hermano promete leerlo (cuando termine con algo que está haciendo, o viendo, en su PC). Se despide, su hermano, diciendo “te dejo terminar el artículo.”

El sujeto se ofusca un rato. Piensa (o cree pensar) en lo que le acaba de suceder. Accede a su blog, y dedica un post a narrar lo sucedido.

Tal vez otros, al pasar, se desconcentren como él.

martes, 17 de noviembre de 2009

La náusea

La vida no vale nada —canta Pablo Milanés— si ignoro que el asesino cogió por otro camino y prepara otra celada. La canción se toma carnadura después de ver "La vida loca", de Christian Poveda, el fotógrafo y periodista recientemente ultimado por alguna de las pandillas salvadoreñas.
Había dedicado más de un año de rodaje para observar y convivir con los pandilleros de "La 18", dejando un registro invalorable de ese ir y venir de tanta muerte joven por la pertenencia a una de las pandillas más importantes de El Salvador. O, como dice Christian Alarcón, “[e]l muerto, el vivo, la fiesta, la viuda, el joven esperanzado, la muerte de varios de los protagonistas a lo largo de los 16 meses de rodaje de la película, lo siniestro y la ternura: eso es lo que dejó, el retrato de un mundo de huérfanos para los que la violencia es el líquido en el que se nada para sobrevivir. O morir en el intento”.
En la era de las comunicaciones digitales la muerte violenta se torna una constante, y si es registrada mejor aún. Después de algunas primeras impresiones, la imagen en movimiento, mostrando el momento de la agonía o el inmediatamente posterior se vuelve inofensiva, común, corriente.

He visto a un agente de tránsito asiático partido literalmente en dos, tocando el borde su abdomen (o lo que queda de él), creyendo (queriendo creer) que esa piel entre sus dedos es el pliego de su camisa. He visto a unos jóvenes ucranianos asesinar a golpes y puñaladas a un mendigo, riéndose como si se tratara de una travesura. He visto compilaciones de videos de accidentes, con música de fondo y una cuidada edición; he visto cómo se preparan las cámaras de los teléfonos celulares para filmar una pelea entre jóvenes, o entre ancianos, arengando el espectáculo. He leído las disculpas del editor de un sitio Web porque la imagen de una decapitación no era de muy buena calidad. He agotado cualquier tipo de sorpresa en sitios de contenido erótico o pornográfico.

Todas esas imágenes no son naves de ataque ardiendo más allá de Orion, ni rayos "C" brillando cerca de la Puerta de Tannhauser, pero serán momentos que se perderán alguna vez como lágrimas en la lluvia, para mí; para el resto seguirán vigentes en el eter, bastará un click para que el show del horror continúe una y otra vez.

martes, 27 de octubre de 2009

Olivetti


El día del hartazgo

For sale: baby shoes, never worn.
Ernest Hemingway

Cuando despertó el dinosaurio seguía allí. Se preguntó entonces si había sido buena idea intentarlo. El cadáver de ese animal le confirmaba, una vez más (y cuántas habían pasado ya), que no llegaría a tiempo para realizar la entrega convenida.
9 de octubre de 2029, día de su cumpleaños número 30.
Cuando salió a caminar, y esta última palabra le resultó tan lejana, no pudo evitar toparse con los hologramas que repetían hasta el hartazgo el último proyecto del presidente de los países del Mercosur, Marcelo Tinelli.

lunes, 19 de octubre de 2009

(des)encuentros

Es jueves, por la mañana, nos encontramos con dos viejos amigos (la definición no es el lugar común: me llevan más de treinta años de diferencia). Lucho insiste, sorbiendo la última parte de su café, que es imposible intentar entender a las mujeres. Grafica con los dedos el curso rectilíneo que va desde un pocillo al otro, emulando la decisión del género masculino. Hace lo mismo, pero dando giros antes de llegar, en una metáfora de los rodeos femeninos frente al mismo tramo.
Se acaba de separar, pero en los buenos términos de una persona de 60 años que ya lleva varios desencuentros. Nos comenta que tal vez reanude esa relación que aun no se ha roto del todo, pero en tal caso con la modalidad "cama afuera". (Recordamos, entonces, el binomio Allen-Farrow, entre otros.)
A la tarde, algo cansado, me recuesto y reemprendo la lectura de Como en la guerra, exquisito juego del lenguaje de Luisa Valenzuela (que me adquirió hace pocos días, el libro, sí, desde su página cero a modo de prólogo con ese extraño, torturado sujeto recién violado por el caño de un revolver y que solo piensa en vengarse reventando y salpicando todo literalmente de mierda), y me encuentro con dos miradas cautivantes sobre ámbos géneros y la/s necesidad/es de encontrarse.
La primera, la masculina: "De las infinitas posibilidades de catalogar al género humano propongo una: la catergoría de los que huyen de seres como ella y la de quienes, como yo, los buscan desesperadamente".
La femenina, más poética pero no menos penetrante: "tengo miedo de ser sólo un fantasma en el recuerdo de ciertos señores que [...] no pueden tolerar demasiado tiempo mi presencia. tengo miedo de ser para algunos un remoto grano de pimienta que queda entre los dientes después de la comida; mucho más tarde muerden como al descuido y alli estoy yo quemándoles la lengua y ni siquiera me merezco una puteada".

lunes, 12 de octubre de 2009

Manuscrito hallado en una caja

El último post y, sobre todo, el azar posterior a una mudanza hicieron que acomodando papeles de una caja (de mis épocas de estudiante universitario) encontrara el siguiente texto:

El día que Rogelio Suárez supo que, finalmente, no lo iban a matar se sintió aliviado, naturalmente.
Pero hizo algo estúpido: tomó el teléfono, marcó eufóricamente el número del sicario arrepentido, y lo felicitó por la decisión de no asesinarle.
Dos horas más tarde dormía plácidamente en una reposera, junto a la piscina.
Solo quince minutos después lo despertó, y durmió definitivamente, el ruido de la metralla.

(La Plata, Provincia de Buenos Aires, circa 2001)

viernes, 2 de octubre de 2009

Dimensiones

Los amigos de Cinefania me recuerdan que el 2 de octubre de 2009 se cumplen 50 años desde que se emitió por primera vez un capítulo de La Dimensión Desconocida. Esa genial creación de Rod Serling, a la que ya hemos hecho referencia en otras oportunidades.


Pero la insistencia viene a cuento de la noticia que publica hoy el diario La Nación. En el Estado de Ohio, EE.UU., debían ejecutar la pena capital a Romell Broom, de 53 años, el pasado 15 de septiembre, pero ello no fue posible porque no le encontraron las venas. De ello se encargó de atestiguar el propio condenado, en una declaración jurada que deberíamos reproducir in extenso, y que puede ser consultada en el siguiente link del diario El País.
Allí señala Romell, de su puño y letra, que:

[...] alrededor de las 14.00, mi abogada me informó de que el tribunal había rechazado mi apelación y que no quedaban más vías de acción. El Estado iba a seguir adelante con mi ejecución.
8. Cuando estaba en la celda, el funcionario jefe Phillip Kerns entró con varios guardias y me leyó la orden de ejecución. Después entraron dos enfermeros que me dijeron que me tumbase. Uno de los enfermeros era un hombre blanco y la otra una mujer blanca.
[...] Los enfermeros intentaron acceder simultáneamente a las venas de mis brazos. La enfermera intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo izquierdo. El enfermero intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo derecho.
11. Después de esos seis intentos, los enfermeros me dijeron que descansara un poco.
12. Después de la pausa, la enfermera intentó dos veces acceder a las venas de mi brazo izquierdo. Debió de pinchar un músculo porque el dolor me hizo gritar. El enfermero intentó tres veces acceder a las venas de mi brazo derecho. La primera vez, el enfermero consiguió acceder a una vena en mi brazo derecho. Intentó insertar la vía intravenosa, pero la perdió y empezó a correrme la sangre por el brazo. La enfermera salió de la habitación.
13. Los funcionarios encargados de la ejecución declararon que aquello era difícil para todos y sugirieron hacer otra pausa. Entonces se fue el enfermero. El funcionario que estaba a mi derecha me tocó en el hombro derecho y me dijo que me relajara mientras descansábamos un momento.[...]
El enfermero regresó con unas toallas calientes que colocó en su brazo izquierdo. Colocó las toallas sobre mis brazos y masajeó mi brazo izquierdo. Me dijo que las toallas les ayudarían a acceder a las venas.
15. Después de aplicar las toallas, el enfermero intentó acceder a mis venas, una vez en el centro de mi brazo izquierdo y tres veces más en la mano izquierda. [...]
16. El enfermero siguió diciendo que la vena estaba allí pero que no podían cogerla. Intenté colaborar ayudando a atar mi propio brazo. Un funcionario de prisiones se acercó, dio un golpecito en mi mano para indicar que él también veía la vena e intentó ayudar al enfermero a
localizarla.
17. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me dijo que iban a hacer otra pausa y volvió a decirme que me relajara.
18. Entonces me descompuse. Empecé a llorar porque me dolía todo y mis brazos estaban inflamándose. Los enfermeros estaban pinchando agujas en zonas que ya estaban inflamadas y con hematomas. Pedí que interrumpieran el proceso y pedí hablar con mi abogada.
19. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me pidió que me sentara para que la sangre circulase mejor. Entonces entró en la habitación la enfermera jefe, una mujer asiática.
20. La enfermera jefe intentó acceder a las venas en mi tobillo derecho. Pidió que alguien le diera 'un veinte' y alguien le entregó una aguja. Durante ese intento, la aguja me pinchó en el hueso y fue muy doloroso. Grité. Al mismo tiempo que la enfermera jefe intentaba acceder a una vena en la parte inferior de mi pierna izquierda, el enfermero intentó acceder a una vena en mi tobillo derecho. Después de esos intentos fallidos, la enfermera jefe cogió la aguja y salió de la habitación.
21. El enfermero hizo otros dos intentos de acceder a las venas en mi mano derecha. Parecía que habían desistido ya del brazo izquierdo porque estaba hinchado y lleno de hematomas. El nivel de dolor estaba en el máximo. Me habían pinchado al menos 18 veces en múltiples zonas, todo con la intención de inyectarme unas drogas que iban a quitarme la vida.
[...] Al cabo de un rato, el director, Terry Collins, entró en la habitación y me dijo que iban a interrumpir la ejecución. Collins indicó que valoraba mi cooperación y que tomaba nota de mis intentos de ayudar al equipo. También expresó su confianza en su equipo de ejecución y su profesionalidad..."

Una suerte similar a la del condenado, pero con el final trágico que no pudo concretarse en Ohio, tuvo Rod Serling -a sus 50 años- cuando el 28 de junio de 1975, luego de que sufriera un tercer infarto, se le deshicieron sus venas (efectos de la nicotina, dirían) en los dedos de una enfermera cuando esta quizo inyectarle suero.

jueves, 27 de agosto de 2009

El descanso


Apostilla: Se dice que Rocky Mountain Adventures es una compañía de Colorado, EE.UU, que usa palomas mensajeras para trasportar las fotos de los viajes de rafting. Sucede que, al hacerse estas excursiones entre montañas, donde dificilmente llega wi-fi o funciona un celular, la mejor opción resultó ser el empleo de palomas. Con este método, cuando los participantes vuelven al punto de partida tienen sus fotos listas.
Al otro lado del mundo, en Sudáfrica, la compañía Unlimited IT, hastiada de la lenta velocidad de su conexión a internet decidió hacer una competencia. Una paloma mensajera, cargando un pen drive de 4 gigas repleto de datos, salió de sus oficinas en Howik. Al mismo tiempo iniciaron una trasmisión de los mismos datos vía internet. Según la BBC la paloma, llamada Winston, recorrió 90 kilómetros en una hora hasta llegar a destino, las oficinas en la ciudad de Durban. Les tomó una hora más bajar los 4 gigas de información a sus servidores.
Entretanto, la trasmisión de internet, pasadas esas dos horas, recién se había completado en un 4%.

jueves, 20 de agosto de 2009

Internet clase B

Nunca se sabrá como titular esto. La situación bien podría situarse en alguna escena de teatro del absurdo. En youtube alguien postea la filmación de una autopsia al cuerpo de una mujer. Decide, para crear un clima acorde a la escena, agregarle una canción que cubra el silencio o el audio inservible de ese video. Elige una canción de Maná.
Del diálogo de aquellos usuarios que ven el video en cuestión y deciden hacer algún comentario, mientras el cuerpo de la mujer va abriéndose al compás de los versos (cómo dueles en los labios, en todos lados... soledad) y las manos enfundadas en latex, se extrae lo siguiente:

"Pumpin57:

dear friends. I do not speak spanish. But I adore this song. Is there anybody of you out there who could tell me who sings this wonderful song?Please! Thanx

Marcosv2204:

the name of the song is COMO DUELES EN LOS LABIOS LABIOS and MANA is the name of the band who sings this song i hope you understand this. Sorry but my english is not too good

Pumpkin57:

Muchas gracias a mi amigo. Estoy tratando de decir en español. Traducción de Google"

miércoles, 19 de agosto de 2009

El rey de la comedia

Alguien dijo alguna vez que su muerte, acaecida a solo tres días de la del rey de la pelvis, conjuró para que no tuviera la cobertura e impacto correspondientes.
Como hoy recuerdan pocos medios, el 19.08.1977 moría el gran Groucho Marx, y se iba con él parte del humor irreverente, por momentos anarquista, de la primera mitad de siglo hollywoodense.
La influencia y el legado de Groucho, junto a sus hermanos, puede verse en distintas disciplinas y autores. Tal vez quien más homenajes le ha rendido, aprovechando cada una de sus peliculas para hacerlo, es Terry Gilliam (ex Monty Phyton). Vale recordar Brazil, en la que los empleados de esa gran corporación, para escapar de la rutina burocrática, se divierten viendo un film de los Marx cuando el jefe no los ve; The fisher king, donde el único personaje digerible que interpretara Robin Williams en su carrera, canta Lydia, the tatooed lady a su pretendida; 12 monkeys, que debe el nombre del ejercito encabezado por Brad Pitt a la película que en ese momento se ve en el manicomio (Monkey Business), entre muchos otros.
Queen también rindió tributo, con dos títulos de sus primeras placas, que llevan el nombre de dos películas de los Marx.

PD: humildemente, desde este rincón, hemos utilizado la tapa del libro Groucho & Chico, Abogados, en la versión castellana de la colección Andanzas de Tusquets, que también evoca Gargarella en este post. Para aquellos que quieran entretenerse con los audios originales del radioteatro vayan al siguiente link.

domingo, 16 de agosto de 2009

Demasiados legisladores

Vale la pena detenerse un momento en las declaraciones de Eugenio R. Zaffaroni sobre los defectos en la constitución del Consejo de la Magistratura, aparecidas en Página/12 de hoy, domingo 16.08.2009:

Un juez que da consejos
–¿Qué falla con el Consejo de la Magistratura?
–Yo veo un problema de ingeniería institucional. Las dificultades del Consejo son más bien estructurales. La reforma del ‘94 no dejó clara la delimitación de funciones entre el Consejo y la Corte, entre administración y gobierno. Crear un reglamento de Justicia es un acto de gobierno, comprar una bombita de luz es un acto de administración. Del océano que queda entre medio no está nada claro. En segundo lugar, el Consejo nunca llegó a constituirse como cuerpo, con vocación de poder. Cada uno va ahí representando a su agencia, los jueces, los políticos, los abogados, pero no se siente parte de un cuerpo.
–¿La composición no es un problema?
–Sobre la constitucionalidad de la composición me reservo la opinión. Pero hay un factor, desde el punto de vista de la ingeniería institucional que distorsiona al Consejo, que es la presencia de legisladores. Es cierto que allí tienen que participar los representantes de los cuerpos electos popularmente. Pero una cosa son representantes y otra cosa son los mismos legisladores.
–¿Cuál es el problema de la presencia de legisladores?
–Primero, que el día de todos nosotros tiene veinticuatro horas, y no se puede estar haciendo política y administrando el Poder Judicial a la vez. El Consejo requiere dedicación casi exclusiva, es un problema práctico. Y veo otra dificultad: lo que es bueno en el Poder Legislativo, no es bueno en el Consejo de la Magistratura. La característica de un buen legislador es saber negociar. Tiene que ir a la comisión, charlar, juntarse con el otro a tomar café, yo te voto esto vos me votás aquello. Es sano en tanto no haya intereses corruptos de por medio. Así es la negociación política. En el Consejo, ¿qué vas a intercambiar? ¿Un corrupto por un secretario? No hay espacio de negociación así. Personalmente defiendo la existencia de partidos políticos fuertes y por ende con una disciplina de bloque. En el ámbito legislativo eso es lo deseable. Pero que alguien con disciplina de bloque venga y se siente en el Consejo de la Magistratura no me parece deseable.

viernes, 7 de agosto de 2009

Problemas para el biógrafo

Dificil empresa la de los futuros biógrafos. Especialmente cuando la correspondencia de estos tiempos transita de ordenador en ordenador, escrita en caracteres digitales. ¿De qué manera buscará, aquél que se lo proponga dentro de 100 años, describir la personalidad del investigado, cómo obtendrá el acceso a ese circuito epistolar efímero? Basta pensar en Gerald Clarke y en su exquisita biografía de Truman Capote, o en El oficio de escribir, que recopila las cartas de Chandler, y la imposibilidad de realizarlas (al menos en su integridad) en los tiempos que corren.
Igual suerte le depara el destino a mi amigo Leandro, que se propuso realizar, a traves de la recopilación de los cuentos y chistes que lo evocan, la biografía y el perfil psicológico de "Jaimito".
(Apostilla [08.08.2009]: el blog del quique nos recuerda otro aniversario de La Bomba, y esa muestra de poderío e inhumanidad del imperio, anticipando, como un cruel prolegómeno, la guerra fría. La devaluada Watchmen se anima a pensar en otras consecuencias de ese futuro atómico y no menos paranoide. Pero lo que nos traía a cuento es pensar en la posiblidad de un hongo atómico digital, ¿existe esa posibilidad? ¿hay [habrá] forma de que se eliminen todos los datos de la red de redes?)

El viaje


viernes, 31 de julio de 2009

En llamas cuando me acosté

Cuando le preguntaron a cierto hombre, rescatado del fuego, si sabía cómo se había iniciado el incendio respondió: "No lo sé, estaba en llamas cuando me acosté". La historia la cuenta Charly García; el disco, Cassandra Lange.
El diario Río Negro de 20.10.2008 (que no hablaba entonces ni de tí ni de mí) cuenta que, a 100 Km de Viedma, un hombre murió degollado mientras depostaba un animal. La persona, identificada como Miguel Acosta, de 30 años y oriunda de Patagones, al parecer sufrió el accidente en una maniobra irregular cuando despostaba un ternero o un guanaco, previamente cazado. Se sospechaba que el animal que estaba despostando o sacrificando, en ese momento se habría movido, por lo que no se descarta que el cuchillo se le haya escapado. Al día siguiente se demostró que el hecho habría sido un accidente.
En Galimberti, la biografía de Marcelo Larraquy también se recuerda otra muerte similar, por cuatro puñaladas certeras del suicida Cedrón en su propia espalda, en el baño de un aeropuerto de Francia.
Pero, hoy, leyendo Papeles inesperados, de Julio Cortazar, el relato que inaugura el libro, evoca las "figuras" (antes que coincidencias) del autor, y nos habla de "... Felipe Romero el muerto [...] Por abajo del mentón le entraba una daga fina como un áspid, de cabo con rubíes, subiendo su hilo templado a perforar la lengua y los paladares, pasándole a la caja del cerebro para acabar su carrera en el recinto mismo del pensar y el acordarse".

El corazón delator

"El destino. ¡Mi destino! La vida es una bufonada: esa disposición misteriosa de implacable lógica para un objetivo vano. Lo más que se puede esperar de ella es un cierto conocimiento de uno mismo -que llega demasiado tarde- y una cosecha de remordimientos inextinguibles"
(Marlowe dixit, en El Corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad [Alianza, Buenos Aires, 1998, p. 118]).

martes, 28 de julio de 2009

¿Creer o reventar?

Un clérigo que descreía del mormonismo fue a visitar a Joseph Smith, el profeta, y le pidió un milagro. Smith le contestó:

-Muy bien, señor. Lo dejo a su elección. ¿Quiere usted quedar ciego o sordo? ¿Elige la parálisis, o prefiere que le seque una mano? Hable, y en el nombre de Jesucristo yo satisfaré su deseo.

El clérigo balbuceó que no era esa la clase de milagro que él había solicitado.

-En tal caso, señor -dijo Smith- usted se va a quedar sin milagro. Para convencerlo a usted no perjudicaré a otras personas.

(M. R. Werner, Brigham Young, 81 [1925], citado por Borges y Bioy, en Museo, Emecé, Buenos Aires, 2002, p. 106)

lunes, 20 de julio de 2009

Domingo serial

El domingo, rindiendo un fiel tributo al cliché, amaneció lluvioso, frío y, sobre todo, triste, como el rostro de los asesinos seriales.

jueves, 16 de julio de 2009

Díptico de Fastidio

Hay algo que jamás digeriré. Cuesta entender cómo, por qué razón, dos programas de televisión argentinos, que han monopolizado (y, por qué no, estupidizado) audiencias, utilizan como cortina musical la música de películas que son la antítesis de aquellos.

Las dos bandas sonoras, y los programas respectivos, son Vangelis y la BSO de la exquisita Blade Runner (de Ridley Scott, con la invasión de la imagen tan monopólica en cada edificio: enjoy, enjoy dicen estos) y su desvirtuación en la apertura de Fútbol de Primera, emblema de los multimedios y la concentración del poder.

Luego, la música de Nino Rota, en Armarcord, de Federico Fellini, que es la cortina de Hola, Susana. Aquí es más evidente la incompatibilidad. Especialmente por el concepto del director sobre la televisión. En efecto, quien haya visto la película Ginger y Fred recordará que los personajes, ante la frivolidad y la estupidez de los conductores, y también del público, deciden huir antes que ser exhibidos en la pantalla chica de ese programa (tan parecido al de la ex diva argentina).

viernes, 3 de julio de 2009

Las horas del verano

"Muchas cosas morirán conmigo", dice Helene en una íntima escena de Las horas del verano (L'Heure d'été, 2008, dirigida por Olivier Assayas). "Recuerdos... Secretos... Historias que a nadie interesan..."
Pocas veces, en tan pocas palabras, se dice algo tan cierto.
Ahora lo entiendo, agregaría la tía de Nabokov, todo es agua.

viernes, 29 de mayo de 2009

Archienemigos

Hace poco, en el entrecruzamiento de correos producidos por una opinión a la que no adherí, la narradora a la cual había intentado replicar me contestó, sutilmente:

-No me sorprende que disientas... si fuésemos superhéroes seríamos archienemigos.

(No se puede ser más claro).

miércoles, 29 de abril de 2009

jueves, 9 de abril de 2009

Notas sobre la muerte (Bergman)

Una hoja olvidada, con una grafía apresurada, tomando notas de los monólogos y diálogos de Antonios Block, el protagonista de El séptimo sello, (1957), de I. Bergman, arroja lo siguiente:

"El vacío es como un espejo delante de mi rostro..."

-Y a pesar de todo no quieres morir -dice la muerte.
-No
-¿Y a qué esperas?
-A saber qué hay después...

"¿Por qué la cruel imposibilidad de alcanzar a Dios con los sentidos? ¿Por qué escondernos en una oscura nebulosa de promesas que no hemos oído y milagros que no hemos visto?"

"¿Qué va a ser de los que queremos creer y no podemos?"

-Quiero que Dios me tienda su mano, vuelva su rostro y me hable
-Él no habla -responde la muerte.

-Tal vez no haya nadie -sugiere la muerte.
-La vida perdería sentido. Nadie puede vivir mirando a la muerte y sabiendo que camina hacia la nada...

"El miedo nos hace creer en una imagen salvadora, y esa imagen es lo que llamamos Dios."

sábado, 21 de marzo de 2009

Apuntes sobre la soledad y el plagio

Debo insistir con la serie de Serling, porque cuando uno ve el primer capítulo (Where's everybody?) comprende de inmediato que Soy leyenda no innovó en nada, que las escenas más logradas de esta última son una reproducción de algunos momentos de aquél primer episodio. El hombre en la soledad hablando con el maniquí de una mujer, de una manera entre torpe y tímida, pero buscando el levante. En la serie de Serling el hombre se acercaba al camión donde esta se encuentra sentada, en el film la mujer-manequí dentro de un video club.
Con el segundo capítulo (Único para los ángeles) uno entiende por qué debe odiar el bodrio ¿Conoces a Joe Black?, que la reproduce pero no logra imitar; y tal vez haya inspirado al amigo Woody Allen para su relato El Séptimo Sello (igual título que la película de Bergman), incluido en Para acabar de una vez con la cultura.
Y qué decir de To serve man, y esa última parte con ella corriendo para decirle desesperadamente al protagonista que no suba, que la nave Kanamita a la que está a punto de entrar es parte de una mentira, y que él será parte del menú: "The other part of the book... To Serve Man... It's a cookbook!"

viernes, 20 de marzo de 2009

Apuntes sobre la soledad

Estoy viendo el primer episodio de -con seguridad- la mejor serie de todos los tiempos: La dimensión desconocida, creada por el inigualable Rod Serling.
Pienso, mientras veo este primer capítulo, ¿Donde están todos? (Where's everybody?), que llegado el final, cuando el protagonista empieza a pedir ayuda abrazado al timbre de un semáforo, y justo ahí, cuando comienza a verse la cara de algunas personas observándolo, estos deberían ser, en realidad, maniquíes. Es decir, que el sujeto no fuera parte de un experimento.
Que el capítulo terminara justamente así (sin la explicación final lógico-moralista): con el protagonista siendo el espectáculo que observan unos maniquíes. De esta manera, tal vez, el relato habría sido aún más oscuro.

viernes, 13 de febrero de 2009

Inesperado ataque

En una muy interesante y acabada nota sobre Stieg Larsson, a propósito del lanzamiento en Argentina de Los hombres que no amaban a las mujeres, que publicara Martín Pérez en el suplemento Radar Libros, de Página/12, de 18.1.09, se lee, casi al final, que Larsson había comenzado a escribir una cuarta novela "cuando sufrió aquél inesperado ataque al corazón".
Vale la pena, entonces, preguntarse qué sucedería si dichos ataques o, mejor dicho, infartos, pudiesen aguardarse.
Qué sucedería si, de pronto, tres horas antes de sufrir el fatal cortocircuito en el corazón, pudiéramos saber lo que vendrá.

lunes, 2 de febrero de 2009

Iconos y Baños

Simbología poco inocente en un baño de una casa antigua de La Plata, Provincia de Buenos Aires.



martes, 27 de enero de 2009

Vacaciones permanentes

Unas pequeñas vacaciones en una costa rionegrina, días atrás, me sorprendieron con un boleto de colectivo de línea; en su reverso, llevaba un acertijo: "¿Qué es lo que hace todo el mundo al mismo tiempo?" (La respuesta, escrita de manera invertida, para ser leída ante un espejo: envejecer)

viernes, 16 de enero de 2009

Verdades oníricas

A mi mujer, completamente dormida, la noche de un apagón:
-¿Dónde están las velas?
-En tu cabeza... haciendo relleno.

jueves, 15 de enero de 2009

Variaciones de uno mismo

La sentencia de Giacomo Balla, que figura como epígrafe de este blog, tal vez condense las contradicciones internas.
El predeterminado azar de google me llevó, sin buscarlo, al sitio web del film "Yo", de Rafa Cortés. La sinopsis que obra en esa página sirve para adentrarse en la interesante trama:

Un pueblo en Mallorca. Un nuevo trabajador alemán. Una sospecha no verbalizada. Un trabajo que conservar.

'yo' es la historia de un hombre que, sintiéndose acusado de algo que no ha hecho, trata de demostrar una inocencia que nadie cuestiona. Sus intentos por resolver esta situación le llevarán a confrontarse con el verdadero problema: él mismo.

Algo de esta descripción me hizo recordar un cuento de Chéjov, en el que el personaje central termina asesinado (o, al menos, golpeado) por parte de una persona a la que insistentemente persigue con el fin de solicitar disculpas, por una acción que solo aquél entendió ofensiva.
Será cuestión de esperar el lanzamiento de la película en cuestión.

Variaciones de Narciso

Fue a lavarse las manos en el río, cayó un rayo y murió en el acto

Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías, decía Borges en La trama. También parece suceder lo mismo con ciertas ficciones o mitologías.
El diario Los Andes dio cuenta que un joven de 24 años falleció el pasado 07.12.2008 tras recibir una fuerte descarga eléctrica producto de un rayo que cayó cuando se lavaba las manos en el río Atuel, en San Rafael, Mendoza, Argentina.
Néstor Salazar (nuestro Narciso) estaba junto a quien sería su novia, en el paraje de la Virgen en Valle Grande cuando decidió higienizarse las manos en las aguas del río. En el momento en que lo hacía un rayo cayó en el cauce y la fuerte descarga eléctrica terminó con su vida. Salazar era oriundo del distrito Rama Caída.