lunes, 28 de mayo de 2012
Supervivencia
Evidentemente la realidad sorprende, y puede pasar que un día cualquiera te levantes para ir a la oficina, como todos los días, pero esta vez con menos ganas, como todos los días, y en esa corrida antes del cierre del banco llegues exhausto, te detengas un minuto antes de poder avanzar en la fila de la caja y leas un anuncio de la propia entidad bancaria para sus clientes jubilados, informando que a partir de ahora deben acompañar un certificado de supervivencia, cada tres meses, para poder cobrar su jubilación. Si la vejez te acompañó, es necesario que ratifiques el hecho de estar vivo, que lo documentes por escrito, que el cajero al verte certifique que ese que está ahí parado tiene la suerte de seguir vivo...
Y después, al volver a la oficina digerir las noticias como quien sorbe un café en la somnoliencia que da el despertar. Enterarse que en un puente de Miami los policias balearon a un hombre que se negaba a apartarse del cuerpo de otro hombre (ambos desnudos) al que le estaba comiendo literalmente la cara. Y que en Japón un chef (Mao Sugiyama) se cortó los testiculos y el pene y los congeló para luego servirlos, cocinados, a 20.000 yenes.
La noche llega de repente, pero mañana habrá seguramente algo más apenas te despiertes y enciendas la radio para saber si ese día lloverá, si el tránsito está congestionado, o si hay paro de colectivos...
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