lunes, 4 de enero de 2010

Problemas para el lector

El lugar: un estacionamiento subterráneo de un hipermercado. Es dificil describir la situación. El verse observado como si se tratara de un fundamentalista en los segundos previos a eso que pretenden definir como inmolación y que no es otra cosa que un suicidio egoísta y estúpido.
Ir con un libro en el auto, esperar que el resto de los acompañantes realice las compras recorriendo góndolas mientras uno hace lo propio en las hojas de un libro, con la espalda pegada a la butaca cada vez más húmeda, resulta una empresa difícil. A la tarea del personal de seguridad que pasa tres veces delante del vehículo, mirando de soslayo la contratapa del libro en cuestión, mientras se oyen distintas voces y partes de información en el handy que lleva en su mano, le suceden el llanto interminable de un niño y tres alarmas que, casi simultaneamente, buscan desesperadamente aumentar su estridencia en el eco que devuelven las paredes y columnas de ese espacio sin oxígeno. Después de media hora uno entiende la inutilidad, apenas tres o cuatro relatos breves de ese libro que, ahora, con la excusa del verano y un tiempo un poco más dilatado, se espera poder terminar (para que la lista interminable de otros que lo emulan, dispersos en rincones del departamento, pasen a ocupar su efímero lugar). Luego, la llegada de las bolsas cargadas, el abrir del baúl, y el salir nuevamente a ese mundo urbano sobrecargado de calor y humedad.

9 comentarios:

  1. Quizás no sea el estacionamiento subterráneo de un hipermercado el mejor lugar para leer, pero quien puede decir cual es el mejor lugar cuando el libro atrapa y no se puede parar?
    O puede ser una excusa para quedarse y escapar al tedio de las góndolas... o un lugar donde se está tranqui un rato sin mayor distracción que el guarda de turno. Cuál será?

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  2. Ana: quizá no haya una única respuesta, o tal vez sean las dos últimas que se proponen en el comentario.
    Bienvenida a este rincón.

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  3. dificil lugar para permanecer, he tenido una experiencia similar, unos cuarenta minutos dentro de un auto, encendiendo y apagando el motor, segun necesitara tener el aire acondicionado activado o no. Si hubiese sido en un país más paranoico con la seguridad y el terrorismo, en este momento, estaríamos compartiendo interrogadores.

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  4. Para mi, las inmolaciones, tendrían que ser aún, más egoístas. Afectar solo, a la primera persona del pronombre personal. Sensato relato de verano… para este frío invierno (aquí). Salutaciones.

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  5. No me parece el lugar más adecuado para distraerse, pero sí la mejor opción para que los demás recorran góndolas.
    Beso
    Lady Baires

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  6. S·A·L: sublime el comentario, quizá estaríamos en Guantánamo (que seguramente improvisarían en Isla Maciel).

    Jou: un caluroso saludo para usted que enfrenta el frío. Gracias por las palabras.+

    Lady Baires: a eso le apuntábamos, a la distracción obligada y la imposibilidad de un libro. Un beso.

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  7. Hola Boris, vuelvo a leerlo, en casa pero bien podría haber sido en algún estacionamiento jejeje.
    Por como lo describe da un poco de miedo, me lo imagino leyendo el libro y con su mirada escapándose por momentos, observando lo que pasa a su alrededor.
    Aunque me gustó la técnica para evitar los tan temidos hipermercados.

    saludos!

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    1. He vuelto a revisar algunos textos de este blog y encuentro este comentario sin respuesta. Imperdonable omisión. Antes que se cumpla la década trato de cumplir con una respuesta, si es que usted, estimada María Virginia, sigue allí.

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