jueves, 16 de julio de 2009

Díptico de Fastidio

Hay algo que jamás digeriré. Cuesta entender cómo, por qué razón, dos programas de televisión argentinos, que han monopolizado (y, por qué no, estupidizado) audiencias, utilizan como cortina musical la música de películas que son la antítesis de aquellos.

Las dos bandas sonoras, y los programas respectivos, son Vangelis y la BSO de la exquisita Blade Runner (de Ridley Scott, con la invasión de la imagen tan monopólica en cada edificio: enjoy, enjoy dicen estos) y su desvirtuación en la apertura de Fútbol de Primera, emblema de los multimedios y la concentración del poder.

Luego, la música de Nino Rota, en Armarcord, de Federico Fellini, que es la cortina de Hola, Susana. Aquí es más evidente la incompatibilidad. Especialmente por el concepto del director sobre la televisión. En efecto, quien haya visto la película Ginger y Fred recordará que los personajes, ante la frivolidad y la estupidez de los conductores, y también del público, deciden huir antes que ser exhibidos en la pantalla chica de ese programa (tan parecido al de la ex diva argentina).

2 comentarios:

  1. sabes que? tenes MUCHA razon...

    yo detecté las siguientes BSO para musicalizar noticias:
    12 monos (ja!)
    truman show (DOBLE JA!)
    Fight club
    forrest gump...

    Y ME DA BRONCA!

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  2. Ja ja, tomo nota de lo asentado.
    Reconozco que algunas las desconocía como apropiadas -en un secuestro sin pedido de rescate- por los noticieros. Nuevamente gracias.

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