jueves, 13 de mayo de 2010

Desencuentros

Si la mano viene así yo me abro, dicen que dijo, para después jalar el cierre relámpago y mostrar todo su interior. Qué mano, le retrucó uno que las había perdido luego de tantas veces de ir y venir con una atrás y otra adelante. Yo me borro, alcanzó a decir otro, antes de que una goma "dos banderas" lo desdibujara.

Bueno, sí, tal vez haya sido idiota pensar eso, un juego de palabras inútil, la necesidad de no decir, pero ahí, diciendo, usando las herramientas dadas, preconcebidas; una imposibilidad de comunicar algo sin recurrir a los mismos elementos que diariamente se oyen, leen, padecen.

Hoy consiguió una novela de Ricardo Becher, siguió indagando y averiguó que el autor fue guionista de las primeras películas de Favio, que participó en los guiones de Torre Nilsson, y que ahora escribe su segunda novela desde un geriátrico en el que se encuentra recluido.
Será cuestión de leer, de avanzar, y completar un post incompleto, mal parido desde el inicio.

PD: antes, claro, tratar de escuchar algo azaroso pero no menos exquisito (http://sonidosenfuga.blogspot.com/)

2 comentarios:

  1. Uy que bueno eso! Favio y Leopoldo Torre Nilsson, palabras mayores del cine nacional, grandes artistas. Las primeras de Favio... ¿El dependiente quizás?

    saludos, que bueno volver por estos pagos

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  2. Tarde, y aun inseguro, para estar a tono con esa sensación circundante en los medios, leo el comentario.
    Estimada María Virginia, justamente hoy pienso mirar esa pieza que todavía no vi de Favio, El dependiente. El resto ha sido fagocitado tantas veces... Muchas gracias por pasar.

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